Por: Plaza Mayor
El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, se toma muy en serio el arte del ilusionismo. Este lunes difundió en redes sociales una supuesta reunión de planeación con directores municipales, pero resulta que la imagen publicada no es de este lunes, sino de archivo, y eso lo sabe hasta el personal del propio Ayuntamiento.
La prueba es sencilla: los directores llegaron este lunes con ropa distinta a la que aparece en la imagen. ¿Qué está pasando? Lo que muchos comentan en corto: Román está nuevamente ausente por temas de salud —dicen que en julio se someterá a otro procedimiento delicado—, y su estratega Johan Uribe intenta tapar el hueco de las ausencias con publicaciones recicladas.
No es solo torpeza; también, un intento burdo de engañar a la ciudad. En lugar de hablar con la verdad, optan por simular. Ni para el montaje fueron buenos… por lo menos les hubieran pedido a los funcionarios que se pusieran la misma camisa.
¿Quién más está involucrado?
Quién no quita el dedo del renglón sobre las corruptelas en el Ayuntamiento de Torreón es el diputado Antonio Attolini Murra. Desde hace más de un año advierte sobre la plaga de maquinitas ilegales que invadieron las colonias y barrios populares al amparo del poder municipal.
Este martes, Attolini llegará puntual al Pleno del Congreso del Estado con nuevo expediente en mano, listo para subir a tribuna para exhibir que la red de minicasinos que el operativo estatal desmanteló el 14 de junio —61 tragamonedas en distintos puntos— no apareció por obra de la casualidad.
El diputado de la mascada señala directamente al alcalde Román Alberto Cepeda y al secretario del Ayuntamiento, José Elías Ganem Guerrero, pero el asunto no termina ahí. La pregunta es simple: ¿Quién más está involucrado?
Hay mucha sed
Si bien es cierto que la corrupción en el Ayuntamiento de Torreón y en el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS) es evidente, y que cada día más colonias se suman al martirio de abrir la llave y recibir puro aire, también es verdad que el senador Luis Fernando Salazar Fernández no deja pasar la oportunidad.
Con la mira puesta en 2027, el morenista
empezó a reconstruir su presencia en los sectores populares —donde
alguna vez fue fuerte— y ahora lo hace entregando, literalmente,
bolsitas con agua purificada.
Aunque el caos lo genera el gobierno municipal, también lo alimenta el
cálculo político de quienes, como Salazar, aprovechan la sequía para
posicionarse. Hoy, en la interna de Morena, no hay quien le compita en
serio por la candidatura a la alcaldía: ni Shamir Fernández, ni Cintia
Cuevas, y mientras más escasea el agua, más rentable políticamente el
problema.
Pasó desapercibida
La visita de Altagracia Gómez Sierra a Torreón no fue menor. La asesora presidencial encargada del plan nacional de relocalización industrial —el famoso nearshoring— vino a decir, con todas sus letras, que Torreón tiene con qué subirse al tren del desarrollo: parques industriales, seguridad, infraestructura, talento.
Pero en el Ayuntamiento de Román Alberto Cepeda ni se enteraron… o peor: les valió. Ningún anuncio oficial, ningún posicionamiento, ni siquiera la clásica foto con sonrisa forzada. Nada.
Que venga la encargada del proyecto más ambicioso en materia económica del sexenio y que en la Presidencia Municipal ni se dieran por aludidos confirma lo que muchos empresarios y ciudadanos comentan: la administración anda distraída, replegada, ocupada en asuntos menores, o ni tanto, cuando se trata de clavar el diente al presupuesto, y cada vez más desconectada del futuro de la ciudad.
DMC
